jueves, 4 de julio de 2024

MIEDO A LA MENTE

 

Una buena parte de la infelicidad del ser humano, deriva de una misma fuente: no ser capaz de estar sentado a solas y en silencio en una habitación. La mayoría de las personas, llenan sus agendas hasta los topes. Donde termina el trabajo empiezan las actividades de ocio, cubriendo el resto del tiempo con uno de los narcóticos más grandes como resulta ser la TV.Lo que busca esta hiperactividad sensorial, es mantener ocupada la mente a cualquier precio, porque como decía Pascal, nos inquieta encontrarnos a solas con nosotros mismos.Cuando dejamos de bombardear la mente con estímulos, es un espejo que nos devuelve nuestra verdadera imagen, siendo posible que no deseemos enfrentarnos a nuestros fracasos y miedos.Es mucho más grave vivir bajo presión, que gozar la calma y el tiempo libre.

martes, 2 de julio de 2024

NUESTROS ABISMOS.

 

No nos están preparadas caídas ni trampas, no hay nada que nos deba dar miedo o atormentar. Estamos puestos en la vida como el elemento que somos afines, y hemos llegado a ser, por una milenaria acomodación, tan semejante a esta vida que cuando permanecemos quietos, apenas se nos puede distinguir de lo que nos rodea, por un feliz mimetismo. No tenemos razón para desconfiar de nuestro mundo, por la sencilla razón de que no está en contra nuestro.Si tiene espantos, son nuestros espantos.Si tiene abismos son nuestros abismos. Si orientamos nuestra propia vida, según esos principios que nos aconseja, como es mantennernos siempre en lo difícil, entonces lo que ahora nos parece lo más extraño, se convertirá en lo más familiar y fiel a nosotros.

lunes, 1 de julio de 2024

EL PLACER DE CONVERSAR

 

Poder mantener una conversación de forma saludable, requiere un equilibrio entre las palabras y el silencio. Hacer las preguntas adecuadas, nos puede ayudar a profundizar en la otra persona, pero más importante -si cabe aún- es el saber escuchar. En el otro extremo hay personas que temen preguntar por miedo a ser indiscretos o inoportunos. Toda exploración -no debemos olvidar- que implica cierto riesgo.Una conversación profunda, es un  viaje doble en el que cada uno de los interlocutores, se interna un poco en el mundo del otro. La clave está en encontrar la medida adecuada para no violentar a la otra persona.Todos tenemos nuestro reducto de intimidad que queremos preservar. Podemos decir, que una buena conversación no deja de ser un arte, que requiere oídos generosos, un corazón cálido y una mente abierta.