La mañana se torna fría, no en vano, aún persisten los últimos coletazos
del crudo invierno,- hoy algo decadente-, pues dentro de unos días, se
verá obligado a abrirle la puerta a la nueva estación primaveral...
Pero hoy, el frío ha llegado a colonizar mi frente sin remilgo alguno.
El reloj, mientras tanto, sigue engullendo el tiempo, y las paredes de mi
habitación, muestran su peculiar deseo de mantener esa estructura
geométrica rectangular, sin ánimo alguno de rectificar.
Desde mi estantería destinada a soportar los libros alli depositados, salen
unos susurros provinientes de su escondite entre letras algo estranguladas.
Entre líneas, oraciones y frases, se contonea un espacio con deseos de
verse libre.
Al llegar el mediodía, el sol, decide entonar su himno de fuego, y el sueve
viento llega empapado de humedades rescatadas de mi cercano mar...
Presiento, que la distancia viajó, hasta ésta Costa Dorada, incitándole a
emitir las canciones melodiosas de las olas, mientras la playa murmura
su soledad!!!!!
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