A los veinte años, una persona, puede estar loca de amor; la que ama a los treinta por primera vez, es discreta y cautelosa, no se enamora de forma impetuosa...
Se deja seducir, con suavidad, empieza a detectar ciertos riesgos, donde en la juventud percibe éxtasis.
A los ciencuenta, quien se enamora de una persona más joven, es capaz, de realizar ciertas locuras, con tal de vivir, efectos adormecidos, pero a pesar de ello, sigue caminando, con los ojos bien abiertos!!...
Cuida de su orgullo, para no dar la sensación de estar agustiado...
La risa, la forma de hablar, e incluso los andares del ser humano, son reflejos, que muestran la condición de su corazón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario