Entre olas inmensas me encuentro...la tempestad no remite.
Mi nave, no es un galeón español de la Escuadra Invencible,
precisamente..
Tan sólo se trata, de una vieja embarcación, construida con ilusión,
en madera de cedro, embreada en repetidas ocasiones, con
la finalidad de que pueda resistir y afrontar, los muchos
embates del impetuoso océano..
En ésta nueva ocasión, decidí embarcar, con la ilusión y la esperanza,
de arribar de nuevo a mi anterior puerto..
Por mi mente, circula la idea de sentirme esclavo de su presencia,
por lo mucho que había representado para mi, tiempo atrás.
¡Aliento en cada momento, alcanzar la meta, y cumplir el
sueño deseado, al tener por prisión el paraíso!!
ResponderEliminarLa ley del espejo actúa con signo positivo o negativo,
según la intención de quien influencia a la persona:
- Efecto Pigmalión positivo. Provoca un aumento de
la autoestima y nos empuja a superar los límites que
nos habíamos fijado.
- Efecto Pigmalión negativo. Consigue el efecto
contrario: una disminución de la confianza en uno mismo,
debido a las expectativas bajas o negativas depositadas.
A menudo, no somos conscientes de que, al relacionarnos
con los demás " comunicamos lo que esperamos de ellos.
Esto hace muy patente en la escuela, como hemos visto,
o en cualquier estructura donde opere un líder.
El político Charles de Talleyrand, afirmaba en este sentido:
" Siento más temor de un ejército de cien ovejas dirigido
por un león, que un ejército de cien leones dirigidos por
una oveja".
Dentro del ámbito familiar, los padres que transmiten a
sus hijos coraje y autonomía inculcan en ellos, estos
valores, mientras que los que se muestran temerosos
y siempre preocupados, siembran en ellos, una inseguridad
que puede acompañarles en la vida adulta.
En este sentido, no es nada desacertada la creencia de
que somos el espejo de nuestros padres".
ResponderEliminarA aquello que debemos hacer de todos modos, mejor
que le pongamos buena cara. Porque, ¿ de qué sirve
quejarse - y aburrir a todo el mundo - del trabajo cuando
no tenemos otro remedio que ganarnos la vida?.
Esto no significa que haya que tomarse el trabajo con
resignación, como si fuera un castigo bíblico.
Se trata más bien, de dar un sentido positivo a la actividad
que nos procura el sustento, Sólo hay que pensar, en los
cientos de miles de personas que languidecen a la espera
de un empleo.
Una actitud negativa a la profesión que desempeñamos,
tiene además, desagradables efectos secundarios:
. Arruina el placer del tiempo libre antes del inicio del mismo.
. Produce fatiga anticipada, ya que la negatividad, nos
transporta mentalmente a los futuros esfuerzos, con lo
que lo padecemos dos veces.
. Reduce el rendimiento laboral y la creatividad.
. Predispone a la persona de forma negativa, ante los
compañeros y superiores, lo que desemboca en ciertos
conflictos de tipo personal y laboral.