Cuando una persona fluye, es capaz de adaptarse a todo
tipo de situaciones, tomando sin esfuerzo las decisiones
más acertadas en cada momento.
Es estrés y la fatiga, son sustituidos por la creatividad
y el entusiasmo, y hasta parece que los acontecimientos
se alíen con ella para ayudarla a alcanzar sus objetivos.
Desafortunadamente, estos instantes sublimes suelen
ser escasos y fugaces.En la vida cotidiana, confluyen
egos, conflictos y obligaciones, que interrumpen este
flujo feliz y nos hacen sentir fragmentados.¿Por qué?
Tal vez se deba, a nuestro afán por analizar y diseccionar
la vida, que detenemos bajo el microscopio de la razón.
Pero la realidad, es un río cambiante que no se deja
Pero la realidad, es un río cambiante que no se deja
encauzar y requiere un bote flexible para navegar por
ella con éxito. Los seres humanos, vivimos en una
realidad acotada por la causa y el efecto.
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