Son las doce de la noche, la niebla está presente, es tan
densa y espesa que apenas puede divisarse algo a corta
distancia.
Siento frío!!, seguro estoy que ésta noche, ni los propios
ángeles desean salir a dar un paseo.
Nadie quiere enfrentarse a la tupida niebla...
Incluso los árboles del entorno, están deseosos de hacernos
llegar su descontento, debido a su estado anímico para nada
reconfortante.
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