Debemos entender, que la belleza no está sólo en el
físico, también está en el interior, siendo mayor aún
con el paso de los años.
Con la madurez, adquiere mayor relevancia. Ella, sabe
muy bien lo que desea.Con la experiencia, se torna algo
más exigente, pero más comprensiva.
Ella, no quiere un amor que la agobie y aprisione, lo
desea controlado y dosificado.
Toda mujer, desea un hombre que la comprenda, la sepa
amar, respetar y conquistar en determinados momentos.
¡Quiere compañía, ternura y armonía!, pero jamás desea
renunciar a su espacio personal y social.
El amor nace y vive de la inteligencia,y declina por el
olvido.
Las espinas del rosal, le sirve para evitar en la medida
que corresponda, la agresión de cualquier intruso.
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