Hay ciertos momentos en la vida, que deseamos
reflejar los sentimientos en las letras sin condicionamientos,
pues sabido es, que rota o desvanecida la ilusión, lo
que impera, es el silencio negando las respuestas.
Son algunas noches, las que abren la puerta a nuestros
pensamientos, a pesar de que no lleguen a buen puerto.
Solemos tener deseos, que fluyen al contemplar
la lluvia, ellos nos cubre con una lentitud tal, que incluso
llega a ser reconfortante.
Cuando nace una buena melodía, la luna, se muestra alegre
y decide perfumarse con olor a menta.
¡ Somos muchos, los que queremos reflejar en nuestros escritos,
las caricias del tiempo consumido,
para lograr penetrar en la miel del amor y la pasión!!
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