Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino sólo cuestas, cuando tengas
poco en tu haber y mucho por pagar, y precises sonreír
aún teniendo que llorar, cuando el dolor te agobie y no
puedas ya sufrir,debes descansar pero nunca desistir.
Tras las sombras de la duda, planteadas o sombrías,
puede surgir el triunfo, no el fracaso que temías.
Hay que luchar, sobre todo cuando peor estén las cosas.
será motivo suficiente para insistir.
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