La sabiduría brota de una buena parte de las cosas. De todo
podemos aprender algo. Pocas cosas hay en el mundo que no
pueda enseñarnos algo. No nos referimos solo a lo que forma
parte de la creación, sino también a todo cuanto el ser humano
ha podido fabricar. Todo nos proporciona una enseñanza.
Alguien preguntó que puede enseñarnos el ferrocarril. Pues
que por un instante podemos llegar tarde y perderlo.
Y el telégrafo? Que toda palabra cuenta, y que no las cuenta
todas.¿Y el teléfono? que allí se oye lo que estamos diciendo
aquí. Esto viene de un relato tradicional hebreo que lo
contaba un rabino de Sadagora, a un grupo de alumnos,
dando contestación a esas preguntas que solían hacerle.
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