Cuando fluimos, somos capaces de adaptarnos a todo tipo de situaciones, y tomar sin esfuerzo alguno, las decisiones más acertadas.El estrés y la fatiga, son sustituidos por la creatividad y el entusiasmo. En la vida cotidiana confluyen egos, conflictos, y obligaciones que interrumpen este flujo feliz y nos sentimos fragmentados.¿Por qué? tal vez se deba a nuestro afán por analizar y diseccionar la vida que detenemos bajo el microscopio de la razón. La realidad, es un río cambiante que no se deja encauzar, requiriendo un bote flexible para navegar por ella con éxito. ¿Pero qué es en realidad fluir?. Imaginemos un gato que está bien tranquilo, y de repente ver pasar una pelota por delante suya, pues de forma natural se lanzará a jugar con ella. El ser humano en el mísmo caso ¿Qué haría? Antes de nada mirará de donde ha venido. Pero el gato fluye alegremente sin interferencia alguna.