miércoles, 1 de junio de 2011

LA TARDE

delicadezaLa tarde se presentó con su singular color a esperanza. Ni tan siquiera quiso anunciarse.
Entró en el mar de mis pasiones…estaba inmersa en un gran silencio, pero me sentí algo
inquieto.Una vez aposentada, iniciamos una larga conversación…
Ella, me hizo suyo, escudriñó mi mente. Llegué a sentirme tan entregado y embelesado
con su agradable presencia, que terminé por perder el sentido y la razón del tiempo…
Tan solo logré recuperarlo al llegar la noche con su embrujo especial, fué entonces,
cuando las ventanas de mis ojos decidieron bajar las persianas, para entregarme al
cotidiano descanso

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