miércoles, 10 de febrero de 2016

EL TRABAJO DIARIO


A aquello que debemos hacer de todos modos, mejor
que le pongamos buena cara. Porque, ¿ de qué sirve
quejarse - y aburrir a todo el mundo - del trabajo cuando
no tenemos otro remedio que ganarnos la vida?.
Esto no significa que haya que tomarse el trabajo con
resignación, como si fuera un castigo bíblico.
Se trata más bien, de dar un sentido positivo a la actividad
que nos procura el sustento, Sólo hay que pensar, en los
cientos de miles de personas que languidecen a la espera
de un empleo.
Una actitud negativa a la profesión que desempeñamos,
tiene además, desagradables efectos secundarios:
. Arruina el placer del tiempo libre antes del inicio del mismo.
. Produce fatiga anticipada, ya que la negatividad, nos
transporta mentalmente a los futuros esfuerzos, con lo
que lo padecemos dos veces.
. Reduce el rendimiento laboral y la creatividad.
. Predispone a la persona de forma negativa, ante los
compañeros y superiores, lo que desemboca en ciertos
conflictos de tipo personal y laboral.

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