Es un paso que solemos dar, al menos una vez en
nuestra precaria existencia, por ello, debemos hacerlo
de alguien que nos comprenda, que nos ayude en nuestras
esperanzas. Hay que enamorarse de una persona fiel, que
piense en ti, como persona y no como materia física, dado
que ésta, con el paso del tiempo se degrada y transforma.
Hay que enamorarse de alguien que te haga sentirte
feliz y realizado, que te proporcione alegría y ánimos
después de algún fracaso.
Hazlo de una persona que regrese a ti, sin resentimientos
después de producirse un enfado.
Hay que hacerlo, de alguien que sepa respetar tus ilusiones
y fantasías sin condicionamiento alguno.
¡En definitiva, enamórate de alguien que lo esté como tu,
y que te diga de vez en cuando, cosas pueriles!!.
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