jueves, 27 de junio de 2019

IR AL TRABAJO



Aquello que debamos hacer de todos modos, mejor que le
pongamos buena cara.Porque,¿de qué sirve quejarse del
trabajo, cuando no tenemos otro medio de ganarnos la vida?
Por ello, el trabajo no hay que tomarlo con resignación,
como un castigo bíblico. Se trata, de dar un sentido positivo
a la actividad que nos procura el sustento.Sólo hay que
pensar, en las miles de personas que languidecen a la espera
de un empleo. Una actitud negativa, hacia la profesión que
nos ha tocado desempeñar tiene, además,desagradables
efectos secundarios: Produce fatiga anticipada, pues la
negatividad, nos transporta mentalmente a los futuros
esfuerzos, padeciéndolos dos veces. Reduce el rendimiento
y la creatividad. Predispone a la persona negativamente
ante los compañeros, lo que desemboca en conflictos
laborales.

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