lunes, 3 de agosto de 2020

Una ley universal

Cuando Henley escribió el péetico verso"Yo soy el
dueño de mi destino, el capitán de mi alma" habría
podido informarnos, de que somos los dueños de
nuestro propio destino, por ser ante todo los dueños
de nuestras actitudes. Estas configuran nuestro
futuro. Se trata de una ley universal. El poeta
habría podido decirnos con gran entusiasmo, que
esta ley actúa tanto si las actitudes son destructivas
como constructivas. La ley afirma, que convertimos
en realidad física los pensamientos y actitudes que
albergamos en nuestra mente, con independencia
de que lo sean. Convertimos en realidad, los 
pensamientos de pobreza con la misma rapidez
que lo hacemos con los de riqueza. Sin embargo,
cuando nuestra actitud hacia nosotros mismos es
positiva, y nuestra actitud hacia los demás es
generosa y compasiva, atraemos grandes y
generosas parcelas de éxito.

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