Las personas, que de afanan en lograr más ingresos y cumplir mil obligaciones diarias, llegado el momento, se dan cuenta de que no han llegado a conocer en profundidad a sus hijos, o han dejado de desarrollar algunas pasiones que albergaban desde niños.
Para evitar lamentarnos de lo que no hemos hecho, debemos trazar un mapa de prioridades para no perdernos en la tormentosa travesía cotidiana. En este hoja de ruta, pondremos lo que debe ir en primer lugar, el resto ya encontrará acomodo en la batalla del día adía.
A menudo, lo más precioso e importante, lo tenemos tan cerca que debido a ello somos incapaces de verlo.
Aspirando a cosas más grandes, tratamos de escalar alto, realizando un gran esfuerzo que nos deja sin aliento, para descubrir al final, que el campo de abajo es mucho más bonito. La sabiduría está, en ver la belleza sin consumir la vida alejándonos de ella, para darnos cuenta que la felicidad estaba allí y no en otra parte.
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