jueves, 17 de febrero de 2022

Una infancia sin fin

 


La actividad lúdica, nos ayuda a esculpir nuestro cerebro. Cuando jugamos, podemos probar experiencias nuevas, sin poner en riesgo nuestro bienestar físico o emocional. Estamos a salvo porque estamos jagando. Al jugar experimentamos situaciones distintas y aprendemos de ellas. Establecemos nuevas conexiones cognitivas en nuestra vida cotidiana, aprendemos valiosas lecciones y habilifdades, sin poner nuestra vida en peligro.
El problema de los que pierden la capacidad de jugar, es que con ella pierden la alegría de vivir, estancándose en rutinas y pensamientos negativos.
Hay que actuar como los niños, ellos se toman el juego como la cosa más importante del mundo.
"Es humano, tener una larga niñez,y de personas civilizadas alargarla aún más".

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