Gigante de los aires, te saludo. Aprecio como se agita tu gris
vestidura. A tu vera, ruge el mar, y con golpes azutadores,
hiere las rocas...Baña con sus olas, la arena caliente de la que
emana un velo vaporoso que envuelve el cielo...
Quiero contemplar tu cara serena, pues de entusiasmo mi
alma llena.
Cuando las estrellas se apagan, se colorea de rosa el
oriente, mientras las sombras se unen a occidente, y las
nubes lejanas del sur. Hoy el cielo está limpio, y la noche
tranquila, el mar en calma y el aire dormido, debido a ello,
no grita tu negra cabellera repleta de rizos...
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