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¡Entre nubes de nácar y plata, se esconde tu ser divino, y las voces
pedidas en el viento, se escuchan ya!!.
El mundo, te dará cuanto el contiene y tuyo será...
Siento, que no sea nada nuevo lo que digo, el tema es viejo, y la
palabra rancia, también está trillado el camino por el que ando ahora.
¡Caminar por el, es toda una arrogancia!!.
Tu, la hoguera del sol alimentas, revistes el cielo de azul, coronas
la aurora de luz, música al río das, y aroma a las olas del mar.
Vano es llorar a la juventud perdida, y tratar de buscar
remedios a nuestros males.
No sabes, hasta que punto, me encanta contemplar tus senos
finos, por una lengua de lebrel pulidos...son como pórticos de
limones, desviados por la canal, que asciende hasta el
principio de tu garganta.
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