En determinados momentos, resulta grato ver, como se
escapa -nuestro inseparable amigo- el tiempo, por entre
las pestañas de la noche...
Es bueno y necesario resignarse, si al contemplar las
manos, las vemos vacías de tanto dispensar caricias...
Al día de hoy, apenas queda música, que nos sirva
para componer melodías, dirigidas al atrevido e intrépido
futuro...
En ocasiones diversas, nuestros ojos no nos sirven,
para descubrir algunos gestos enmascarados, ni tampoco,
para divisar algunos caminos que se pierden en la
lejanía...
En estas últimas décadas -lamentándolo mucho- una
buena parte de nuestra tierra virgen, se transforma
en cemento gris, soportando tantas voces calladas, por
mero interés económico, y esas sonrisas revestidas
de máscaras carnavalescas.
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