Nuestros ojos han sido y siguen siendo-en menor medida- unos viajeros incansables. Son conocedores de infinidad de lugares y testigos presenciales al poder contemplar cielos distintos. Ellos han visto noches mágicas y días maravillosos, también algunos tristes. No conocen de odios ni clemencias. Siempre están dispuestos a encontrar a otros para transmitirles sus sensaciones y algún que otro sueño. En determinado momento le solemos preguntar si saben cuantas estrellas hay en el cielo, y contestaron que muchos miles de millones. Resulta maravilloso el poder contar con una estrella para cada momento!!.
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