martes, 13 de noviembre de 2012

Me convertí en centinela...

 
Te puse tras la tapia de mi frente, para tenerte mejor guardada, y te velé, cada día con bayoneta y casco de soldado..
¡Pero que feliz era el puente de amor nuestro!!
Un día, me dijistes , ya no te quiero!!
Fue entonces, cuando mi tapia de vidrios de acero, a tu voz, se vino al suelo en un escombro..
La saliva de mi boca, se hizo nieve, y me sentí desfallecer igual que lo hace un jacinto, breve, y apollado en la rosa de tu hombro..
Necesito de ti,de tu presencia, de tu alegre locura enamorada..

No hay comentarios:

Publicar un comentario