No resulta nada fácil, prometer un amor eterno, somos muchos más que más,
los que sabemos que pierde altura con el paso del tiempo, pero
en contrapartida se convierte o transforma en un cariño sólido, entero y verdadero.
Hay una frase que forma parte de la letra de una canción, que dice: " Se
nos rompió el amor, de tanto usarlo" y que ninguna flor resiste dos primaveras..
¡No podemos obligar al corazón a darlo todo!.
Lo cierto es, que cuando llama a nuestra puerta y lo hace con sinceridad, y la seriedad
que suele ejercer el niño cuando juega,
y de modo desinteresado, sobran los pactos, lo mismo sucede cuando
acaba con armonía y entendimiento justo.
De nada sirve, encerrarlo entre barrotes- a pesar de que sean de oro,- ni tampoco a cal y canto...
por la sencilla razón, que siempre termina encontrando
algún resquicio que le permite escapar y liberarse.
Cuando está presente, debemos vivirlo con ilusión, alimentándolo,
día tras día, dispensándole el mayor número de atenciones y cuidados..
¡Casi todos sabemos querer, pero somos pocos los que sabemos amar!!
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