Nuestra felicidad no tan sólo depende en comer de forma equilibrada,
y hacer ejercicio con regularidad, aunque ambos son necesarios. Dado
que la alegría, es la emoción más genuina del bienestar, hay que tonificarla
con: La ley de la resistencia al estrés. Una forma de cuidar nuestras
emociones, antes de que el sistema anímico nos pase factura, hay que
reajustar nuestro ritmo de vida.
La ley de elección emocional. Hay que promover aquellas situaciones
y personas que nos generen respuestas positivas.
Ley del desarrollo de la motivación. Hay que desarrollar nuestro talento.
Invertir nuestra energía, en actividades que nos aporten buenos resultados,
nos proporcionan mayor autoestima.
No debemos boicotear nuestras emociones comparándonos con otras
personas...
" Si de verdad quieres ser feliz, no caigas en la tentación de comparar
este momento con otros del pasado, que no supiste disfrutar,
por compararlos con los momentos por llegar".
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