sábado, 5 de noviembre de 2016

LA BARCA


La contemplé anclada y escorada a estribor...ella, se
mantenía a la espera de la subida de la marea, con
la finalidad de partir con la alegría de cada día, 
regresando a su sutil balanceo.

La contemplo en su descanso, y aprecio como tiene su
mirada puesta en la lejanía, donde se divisa el devaneo
del oleaje con cresta de espuma blanca...

En su mente, está el surcar, el lugar de sus sueños,
donde el mar se muestra embravecido, y el cielo le
tiende su mano.
Cuando llegó el momento de partir, tan solo me limité
a contemplarla con serenidad, viendo como se
confundía en el horizonte, el cielo, el mar y los deseos.

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