lunes, 8 de octubre de 2018

FUE ENTONCES



Fue entonces, cuando retozó el lamento procedente de
una flores quebradas por el viento...la tierra, se tiñó de
azaleas, incluso el magnolio, quiso redimir la solanera con
sus graciosos y vistosos capullos de nieve roja.

Hasta los mismos sauces desearon desprender una ligera
lluvia de azúcar.
Las cigüeñas, desplegaron sus alas de luna, sombreando
los surcos fértiles, sembrados de mijo y azafranes.
Los cuervos del lugar, decidieron huir dispersándose por
el espacio azul celeste.
Mas tarde, llegaron los duendes del amor, engalanados
con unos collares hechos con campanillas graciosas y
ardientes.

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