sábado, 28 de noviembre de 2020

Notas


 
La madurez en la persona adulta, significa haber encontrado la serenidad que de niño se tenía al jugar.
No se suele odiar, cuando nuestra estima es pequeña, lo hacemos cuando es igual o mayor de la que tenemos por nosotros mismos.
Para el hombre, la encarnación del amor es la mujer, solo podemos amarla si la elevamos a la dignidad de diosa.
En el amor, se encuentra la fuente de la vida eterna, solo el que ama sinceramente, perdurará en el recuerdo de quien amó.
No seamos tan necios, para confundir el amor con el acto de hacerlo, ni convirtamos los cuerpos, en meros receptores del placer momentáneo, si obramos de ese modo, aunque no percibamos dinero a cambio, estaremos prostituyendo el más sagrado y sublime de todos los sentimientos.
Nunca debemos pretender, encontrar la razón del amor entre las piernas, porque fracasaremos.

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