Cada fin de año, nos hacemos una lista de buenos propósitos, y cambios efectivos que queremos llevar a cabo, para esta vida nueva que vamos a empezar en enero. ¿Pero cuantas de estas iniciativas se acaban culminando?.
Cuando los proyectos abandonados, superan de largo los realizados, suele deberse a dos causas: o nos trazamos objetivos poco realistas, o hemos adquirido el mal hábito de posponer.
El mundo, está lleno de personas que se disponen a iniciar una dieta, y sin embargo, encuentran mil excusas para justificarse, pues creen que acabaran haciendo o cumpliendo su propósito.
Las personas que posponen por sistema, es por padecer un síndrome de "autoduda", es decir que no confían en sus posibilidades.
La solución es reconocer el problema, y elaborar un plan realista. Este pequeño paso, acabará con la "autoduda" y la ansiedad que nos produce posponer nuestro deseo inicial.
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