Hay problemas en la vida, que están fuera de nuestro alcance, porque no tienen nada que ver con nosotros.
Las personas que queremos, a veces tienen problemas que no podemos solucionar, a pesar de que soliciten nuestra ayuda.
Cambiar de actitudes, depende de uno mismo, desde fuera podemos guiar y aconsejar, pero no hacer el trabajo que corresponde al otro.
Sí podemos rectificar, en cambio, aquello que no nos gusta de nosotros.
Si sentimos ira, frustración, odio, o cualquier otro sentimiento negativo, podemos revertir estas emociones. Nadie más puede hacerlo por nosotros.
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