martes, 21 de febrero de 2012

SILENCIO


Calla la vida, carnaval de risas contínuas, con la intención de vestir de fiesta los corazones resentidos...
Luces que deciden hacer guiños a los árboles -sin apenas savia-, que tan solo pretenden seguir viviendo a contrapelo..
Alcohol, para afrontar falsos júbilos, ahogar los malos recuerdos, y paliar esos besos que se han quedado vacíos..
Hay que combatir ausencias, y retomar viejos monigotes, hechos con la fina y cálida arena de la playa..
Mientras, las gaviotas del viejo puerto, deciden escuchar las voces procedentes de la marinería al terminar su faena cotidiana.
La ausencia, nos obliga a soportar esas noches reclinadas en la distancia..
Resulta reconfortante a pesar de todo, contemplar como el mar embravecido -fuera de la bocana del puerto-, lame de forma incesante, las cicatrices de esas masas pétreas y oscuras, revestidas de verdes algas con aroma a yodo y sal.

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