viernes, 1 de marzo de 2013

La esfinge sombría...

 
 
¡ Vete de aquí !, estoy cansado de tus gestos de languidez!!, harto de tu mirada siempre fría, y de tu soñoliente magnificencia..
Tu aliento pesado y horrible, hace vacilar la luz de las lámparas aquí situadas..
En mi frente, siento la humedad y el rocío de la noche, mientras contemplo tus ojos que son como dos lunas fantásticas que tiemblan sobre las aguas tranquilas del estanque..
Aprecio con claridad, que tu oscura boca, es como el agujero que suele dejar una brasa sobre un tapiz sarraceno..
¡Acércate, lánguida esfinge! y coloca tu cabeza sobre mis rodillas...Déjame pasar mi mano acariciadora por tus broncedos senos, y examinar tu cuerpo moteado como el de un lince ibérico..
Se, que varios siglos te pertenecen, en cambio yo, tan solo he visto pasar sesenta estíos despojándose de su atuendo, para después vestir la librea del invierno..
¡Levanta tus grandes ojos de raso negro, y estírate a mis pies para contarme tus muchos recuerdos!!!

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