domingo, 10 de marzo de 2013

EL CAMINO

 
 
En un determinado momento de nuestra vida, siempre llega la ocasión, de que aparezca un anranjado atardecer, que haga juego con los girasoles..
Y es, en ese preciso momento, cuando dentro de nuestro pecho, nace una sensación que no se calma.
Una espera, que late y suspira, por sentir aquel ocaso, que dio paso a esa noche cerrada, en la que vamos trenzando esperanzas con sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario