sábado, 10 de mayo de 2014

REFLEXIONES



Con el transcurrir del tiempo, amigos míos, -dado que éste,
es nuestro mejor maestro-, aprendemos-entre otras muchas
cosas-, la sutil diferencia que existe, entre sostener una mano,
y encadenar un alma..
Aprendemos, que amor, no significa sólo, acostarse
con alguien; que los besos, no son contratos; y los regalos,
no son promesas.
Empezamos a soportar y aceptar nuestras derrotas, 
con la cabeza bien alta y los ojos bien abiertos.
Entendemos a la perfección, que incluso el calor que
nos proporciona el sol, si es demasiado, llega a quemarnos.
Sabemos decorar nuestra alma, sin la necesidad,
de esperar que alguien, nos traiga flores...
Cada día que pasa, nos sirve para seguir aprendiendo, 
con ello, logramos hacernos más fuertes, debido a los golpes
y sufrimiento soportados.
Llegamos al pleno convencimiento, que sólo quien es
capaz de querernos con nuestros defectos-sin pretender
cambiarnos-, puede ofrecernos la felicidad deseada.
Comprendemos, que a pesar de estar feliz, con las personas
que están a nuestro lado, también añoramos con mayor
intensidad, los que ayer estaban, y al día de hoy están
ausentes.
¡Todo esto y algunas cosas más, son las que 
aprendemos con el paso del tiempo!!

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