lunes, 1 de septiembre de 2014

ROMANCE


Los patos salvajes del estanque, le brindaron un 
cordial saludo, al verlo llegar impregnado de gálbano de siria..

El, caminaba con largos pero pausados pasos, y el agua
lo contemplaba con cierta admiración como adivinando sus intenciones..

Por fin, llegó al lugar donde ella estaba descansando.
Esperó, hasta que apareció la aurora, y fue entonces, cuando
al llegar ante su presencia, se dispuso a acariciar sus lindos
senos bronceados..
Ella incorporándose, beso su boca, con labios de brasa,
haciéndolo su presa, murmurando sensuales oráculos,
en la concha de sus oídos.. Y con sangre de cabra y toro,
le enseñó a hacer milagros....
Convirtiéndose, desde aquel preciso momento, en su compañero
de lecho, mientras ella,con una sonrisa de sinuoso contorno,
miraba como crecía y disminuía la pasión en principio
desenfrenada.

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