Son tus súplicas el aire que respiro..
Tus heridas leves, mi esperanza..
Tu dolor, mi espíritu..
Tu llanto, mi risa..
Tu corriente sanguínea, mi inspiración..
Tus gritos, serían como los latidos de mi corazón..
Si con todo lo expuesto, aún no has comprendido
mi desesperanza por tu persona,
tan solo puede obedecer, a que me odias más
de lo que me quieres..
Si como me odias, me amaras,
i me darías la vida!!
¡Deseo que descubras la serenidad y la tranquilidad,
en este mundo difícil de entender!!
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