viernes, 22 de mayo de 2015

NO HAY QUE PREGUNTAR SOBRE EL DESTINO


¿ Qué es el destino?, eso le preguntó una persona considerada
erudita, al anciano Nasrudín, para intentar atraparlo en una
contradicción.
Le respondió, que se trataba de una sucesión interminable
de eventos interrelacionados, en la que cada uno, influye en
los demás.
Manifestó, que no le satisfacía la respuesta, -yo creo en la causa
y efecto-, a lo cual, replicó Nasrudín, observa eso...
Señaló un cortejo que pasaba en esos momentos por la calle.
Iban a ajusticiar a un hombre.
A esa persona, dentro de muy poco, piensan ahorcarlo.
Ahora dime; ¿ lo van a ejecutar acaso, porque alguien le dio el 
dinero para comprar el cuchillo con el cual cometió el crimen,
o porque alguien fue testigo del hecho y lo denunció, o quizás
porque nadie se lo impidió, o tal vez porque el juez lo ha decidido,
o por la sencilla razón, de que nadie le enseñó a respetar la vida
humana, o porque la policía lo atrapó, o quizás, por no haber huido
el difunto, al ver sus intenciones?.

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