martes, 12 de mayo de 2015

MEDITACIÓN


Un meditador, llamó a la puerta de la conciencia, y ésta le preguntó
quien era.
"Soy yo", contestó el meditador, y la puerta no se abrió. Llamó por
segunda vez y al ser preguntado del mismo modo dijo; "soy la voz
interior", pero tampoco se abrió la puerta. Pasado un tiempo volvió
a llamar, al ser preguntado dijo " Soy tú" entonces la puerta se abrió.
La meditación, había pulido tanto la mente, que se había convertido
en un espejo que le devolvía su verdadera imagen, ése es el estado
mental que persigue la meditación.
El meditador emprende un viaje interior retornando a su propia esencia,
al centro de operaciones desde el que se interpreta la realidad...
Cuando meditamos, no estamos trabajando, ni resolvemos problemas, 
pero está comprobado, que meditar ayuda a realizar esas actividades.
Es como si la mente nos pidiera un descanso, para entregarse luego a
las dificultades con agilidad.
Hay problemas, que se disipan en el curso mismo de la meditación, 
porque son productos de la propia mente y desaparecen- o se relativizan-,
al rebajarse la tensión. También está demostrado con la práctica
regular que agudiza la intuición.
Merece la pena dedicarle de vez en cuando unos minutos a ésta
práctica depurativa, pues nos descarga de lo viejo, aportándonos
lucidez. 

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