Viajando inmerso en mis sueños, tengo la ocasión
de contemplar infinidad de situaciones, procuro por
todos los medios disponibles, no tropezar con esas
rocas duras del dolor y la desventura...
En un gran placer, el poder contemplar en un día
tranquilo, la ribera de mi río preferido, discurriendo
por su curso sinuoso pero arraigado...
A bordo de mi sueño, atravieso el arco iris el cual
apacigua la pasión clandestina, de fundirme con su
cuerpo...
La noche me pertenece, por esa razón te la regalo,
le pondremos música, y seremos libres para cabalgar
a lomos de nuestra estrella preferida, hasta alcanzar
el valle frondoso, y sentir como la brisa del lugar
nos acaricia el semblante...
¡Seguiremos volando sin equipaje y sin tiempo!!.
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