viernes, 4 de diciembre de 2020

Conclusión


 
Cada amanecer, abrimos los ojos, con la finalidad, de plantarle cara al nuevo día, mientras la vida se restablece en la gran ciudad que nunca duerme, integrándose su gente en las ocupaciones más diversas y variopintas.
La prisa por llegar al lugar o centro de trabajo, se acrecienta, perdiendo incluso esa buena costumbre del saludo, cosa propia de las buenas relaciones sociales.
Resulta curioso observar, como solo en contadas ocasiones, decidimos ver la parte buena o positiva de las personas, en lugar de fijarnos en la negativa. Todos los días, son buenos para descubrir nuevos aspectos y actos valiosos.
Deberíamos hacer un alto de vez en cuando en nuestra carrera diaria, para contemplar esas cosas agradables de nuestro entorno.
¡Todos tenemos derecho al enfado, al triunfo, al fracaso, a las ilusiones,  a tener buen o mal día, a ser feliz y vivir en paz!!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario