martes, 8 de agosto de 2023

La travesía

 


Hemos contemplado en ciertos momentos ese barco con la
vela enrrollada en reposo en un puerto. No son miradas de
nuestro destino, sino nuestra vida misma. Se nos ofreció el
amor, y nos encogimos ante su desilusión; el dolor llamó a
nuestra puerta, pero nos daba miedo; la ambición nos llamó
pero nos aterraba la posibilidad. Sin embargo toda nuestra
vida hemos estado hambrientos de significados. Y ahora que
tenemos que levantar la vela y coger los vientos del destino
dondequiera que conduzcan el barco. Dar significado a la
vida, puede terminar en la locura, pero la vida sin sentido
es tortura de la inquietud y el deseo vago. Es un barco que
anhela el mar y está lleno de miedo todavía.

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