Hoy dejo en tus manos, aquellos momentos vividos, las caricias
dispensadas y sentidas, y los besos dados con plena pasión. Dejo
en tus manos, el grato recuerdo del olvido toyo. El del pasado mío
y el presente del engaño nuestro. Hoy dejo en tus manos, mis
lágrimas con cierta sonrisa, el llanto producido por mi ingratitud
y mi dolor, anclado en tu orgullo. Dejo en tu piel, mil recuerdos
de noches escapadas por tus mentiras y mis lamentos. Hoy
dejo en tus manos, mis lágrimas dispersas por el odio, mis
sentimientos marchitos por tu incomprensión, y nuestros sueños
de amor y larga vida. Dejo en tus manos, mis sueños de libertad
y de triunfar ante el olvido, en justa unión del deseo de alcanzar
el cielo azul con mis manos. Deposito en ti, las palabras más
duras, más tiernas, más suaves, más leves, con la esperanza de
que puedan ser utiles en algún momento.
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