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Un gran error que solemos cometer, es pensar que llegado un
determinado momento, la luz se termina, pero no es así.El
fulgor del relámpago sigue instalado en quien lo vio.La luz no
se termina nunca si es verdaderamente tuya, debemos alentar
la esperanza si queremos que nuestro corazón, siga latiendo
con la cadencia deseada para mantener sus sístoles y diástoles
necesarias para seguir vivos.
La luz alumbra nuestro camino, los senderos y vericuetos
por los que transitamos, durante nuestra estancia en la tierra.
Nunca debemos abandonarla, ni tampoco darle un tratamiento
inmerecido.
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