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Tú me miras confundida, en cambio yo, suelo ver en tus ojos dos
estrellas asomadas. La pasada mañana, abrí la ventana de mi
habitación, y me llegó un agradable aroma de romero en flor.
Le comenté a ella, si quería asomarse para contemplar como
suspiraban las flores nuevas del jardín.
Pienso que mis sueños, son como el agua en sus manos, pues
se escurre entre sus dedos. Creo que su cuerpo es un camino
que no se deja recorrer, mientras la brisa se convierte en un
lamento que llora cada atardecer.
Eres en las noches el sueño, y en el día mi hechizo. Tu cuerpo
es poesía, tu voz sentimiento, por ello las palabras que brotan
del corazón, llenas de verdad, deben ser escuchadas.
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