Hay días, que decidimos cantarle a la vida, dejar a un lado los
malos momentos, liberando el corazón de algunos sufrimientos.
Miramos la vida, con suficiente claridad y fuerza, cerrando la
puerta a los fantasmas del ayer.
Contemplamos con alegría, cada día soleado, y los paisajes
repletos de color y armonía. Volvemos a disfrutar de las
pequeñas cosas, como el vuelo de un gorrión saltando de
rama en rama.Intentamos comprender nuestros errores, y
también los de los demás.
Deseamos volver a pasar frío en el invierno, calor en los
meses veraniegos, y bañarnos en el mar salado de nuestra
existencia.
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