Las personas que tienen un cargo ejecutivo, están expuestas diez o veinte veces más a éste volumen. Un gerente típico entre mensajes e informes, tiene que leer un importante número de palabras por semana, es decir el equivalente a leer un gran libro. En la sociedad de nuestro tiempo, en cambio el nivel de los ruidos es tan grande, que sacude nuestros cuerpos apartándonos de los ritmos naturales. Este asalto del ruido y otros estímulos, mediante nuestros oidos, mente y cuerpo, añade una carga extra de estrés, a todos los que intentamos sobrevivir en un entorno que de hecho, ya es altamente complejo. Ante ésta multiplicación del ruido informativo, debemos preguntarnos, si es un error en nuestra evolución, o desempeña alguna función de pura supervivencia.
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