Somos aves de paso por este mundo, que hemos hecho acopio -con el transcurrir del tiempo- de experiencias vividas, y amores que un día formaron parte de nosotros, pero por decisión del destino se perdieron..Aquellas flores que en determinados momentos nos ofrecieron su perfume, hoy se han quedado para deshojar el olvido..
Muchos de nosotros, nunca nos condideramos ser amantes seductores del Olimpo, en busca de su diosa..pues por regla general, terminamos sucumbiendo bajo la influencia eterea del incienso que perfuma el ambiente.
Amamos la vida, anhelamos vivir con armonía, y no está en nuestra intención aceptar por más tiempo sueños indeseados.
Somos muchos, los que aprovechamos esos días que se tornan casi perfectos, para soñar con aquello que nos atrae, ir a donde queremos ir, y ser más condescendiente con los demas..
La tristeza es un don del cielo, no es un muro elevado entre dos jardines..en cambio el pesimismo podemos interpretarlo como una enfermedad del espíritu.
Magnífico ese puente de Triana. Me mandé unos buenos calamares en el restaurante de la esquina izquierda, cuando estuve. La dueña en aquel entonces era vasca
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