Al escritor y el poeta, no le está permitido equivocarse,
y menos aún, cuando su destino, está colocado, entre las circunstancias
del mundo.
Quien fracasa frente al problema humano, planteado
bajo la forma de política, no es tan sólo un traidor a la causa
del espíritu, -en provecho del partido-, se convierte en un ser
inaceptado.
De actuar de esa guisa, logrará perder, su fuerza creadora,
su talento. Y su obra aunque parezca buena,
dejará de serlo, ante los ojos de las personas que en su día
confiaron en ellos.
¡ El diablo es un optimista, al creer, que puede hacer peor
lo que ya es!!
Algunos de los errores humanos son fruto de la impaciencia,
o de la interrupción anticipada de un hecho ordenado,
previamente..¿ Afán de notoriedad? ¿realzar el ego?,
¿disfrute de la ambición del poder?, O toda una mezcolanza
de esos puntos...
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