jueves, 24 de abril de 2014

MI NAVE


 
Entre olas inmensas me encuentro...la tempestad no remite.
Mi nave, no es un galeón español de la Escuadra Invencible,
precisamente..
Tan sólo se trata, de una vieja embarcación, construida con ilusión,
en madera de cedro, embreada en repetidas ocasiones, con
la finalidad de que pueda resistir y afrontar, los muchos
embates del impetuoso océano..
En ésta nueva ocasión, decidí embarcar, con la ilusión y la esperanza,
de arribar de nuevo a mi anterior puerto..
Por mi mente, circula la idea de sentirme esclavo de su presencia,
por lo mucho que había representado para mi, tiempo atrás.
¡Aliento en cada momento, alcanzar la meta, y cumplir el
sueño deseado, al tener por prisión el paraíso!!

2 comentarios:



  1. La ley del espejo actúa con signo positivo o negativo,
    según la intención de quien influencia a la persona:
    - Efecto Pigmalión positivo. Provoca un aumento de
    la autoestima y nos empuja a superar los límites que
    nos habíamos fijado.
    - Efecto Pigmalión negativo. Consigue el efecto
    contrario: una disminución de la confianza en uno mismo,
    debido a las expectativas bajas o negativas depositadas.
    A menudo, no somos conscientes de que, al relacionarnos
    con los demás " comunicamos lo que esperamos de ellos.
    Esto hace muy patente en la escuela, como hemos visto,
    o en cualquier estructura donde opere un líder.
    El político Charles de Talleyrand, afirmaba en este sentido:
    " Siento más temor de un ejército de cien ovejas dirigido
    por un león, que un ejército de cien leones dirigidos por
    una oveja".
    Dentro del ámbito familiar, los padres que transmiten a
    sus hijos coraje y autonomía inculcan en ellos, estos
    valores, mientras que los que se muestran temerosos
    y siempre preocupados, siembran en ellos, una inseguridad
    que puede acompañarles en la vida adulta.
    En este sentido, no es nada desacertada la creencia de
    que somos el espejo de nuestros padres".

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  2. A aquello que debemos hacer de todos modos, mejor
    que le pongamos buena cara. Porque, ¿ de qué sirve
    quejarse - y aburrir a todo el mundo - del trabajo cuando
    no tenemos otro remedio que ganarnos la vida?.
    Esto no significa que haya que tomarse el trabajo con
    resignación, como si fuera un castigo bíblico.
    Se trata más bien, de dar un sentido positivo a la actividad
    que nos procura el sustento, Sólo hay que pensar, en los
    cientos de miles de personas que languidecen a la espera
    de un empleo.
    Una actitud negativa a la profesión que desempeñamos,
    tiene además, desagradables efectos secundarios:
    . Arruina el placer del tiempo libre antes del inicio del mismo.
    . Produce fatiga anticipada, ya que la negatividad, nos
    transporta mentalmente a los futuros esfuerzos, con lo
    que lo padecemos dos veces.
    . Reduce el rendimiento laboral y la creatividad.
    . Predispone a la persona de forma negativa, ante los
    compañeros y superiores, lo que desemboca en ciertos
    conflictos de tipo personal y laboral.

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