jueves, 31 de julio de 2014

PODEMOS


De vez en cuando, podemos presenciar un atardecer
anaranjado que hace juego con los girasoles..
Mientras tanto, en mi pecho, nace una sensación,
que no se calma..Una espera que late, y suspira
por sentir, aquel ocaso, que dio paso a esta noche cerrada,
en la que voy trenzando esperanza, entre los abetos
de la ribera.
Cultivo un terreno, para que acudan las estaciones, pero
la telaraña, cuelga rota sin una gran promesa de futuro.
No me gusta en absoluto, descolgarme por las lianas que me tiende
el tiempo, a pesar de que el fuego sigue arrebatando mis sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario